La familia es un plato difícil de preparar. Son muchos ingredientes. Reunirlos todos es un problema, principalmente en Navidad y Año Nuevo. Poco importa la calidad de la tartera, hacer una familia exige coraje, devoción y paciencia. No vale cualquiera. Los trucos, los secretos, lo imprevisto. A veces, incluso dan ganas de desistir. Preferimos la incomodidad del estómago vacío. Aparecen la pereza, la conocida falta de imaginación sobre lo que se va a comer y ese hastío. Pero la vida – como el pan nuestro de cada día – siempre encuentra un modo de entusiasmarnos y abrirnos el apetito. El tiempo pone la mesa, determina o número de sillas y los lugares. De repente, como um milagro, la familia está servida.
Comentários
Ainda não há comentários para esta questão.
Seja o primeiro a comentar!